Cuento

La casa amarilla

Joaquín Maureira

Si fuéramos solo un relieve extraño de una pincelada arcaica, entonces diríamos que no a la ciudad que anda a gritos grises. Un poco más allá de colores siúticos, ya no se pinta ni se raya. Alguien se impone como un vidrio roto en el suelo de la casa amarilla. Alguien se inmiscuye entre el…