La soledad amenaza con matarme.
Desde la noche de los fuegos
que cada vez que me despierto
percibo el soplo del fin
en mi nuca
y la pena inagotable
del temor
a no verles más
a no poder escudarme en las noches
en su presencia
a estar siempre conmigo
y mi mente revuelta
llena de pesados escombros
que vinieron con la última bomba que cayó.