[Primer lugar Concurso Literario Escolar 2025, categoría poesía]
Aún ladraban los perros
en las entrañas de la noche.
Tú fuiste entre calle y avenida
el niño herido de la fuga,
la fatiga que en ti iba de marea alta
esquivabas con gestos de tosco animal,
roído por los sinsabores del nocturno.
¿Es la luz de los faroles
que embriaga tu mirada?
¿Son los muros entre las cuerdas
una celda para tu alma?
Has ido con el paso tenaz del tiempo,
pues tú, infante de arena,
ya no estás en ningún lado.
Sonaron los cañonazos
y temblores de plumas
vinieron a socorrer
al cielo muerto de hambre.
Tu propia cola no es fatiga,
ni tu palma el herido faisán;
corre y hazte entre los semáforos
tan venerable como las luces;
de tan alto, perdida estrella,
¿dónde podría encontrarte?