Hilos

Ahora es tuya, le dijo el padre, tal y como su abuelo se lo dijo antes a él. La tomó con las dos manos,como se toma lo que importa o lo que puede quebrarse, y ella era ambas cosas y ninguna. El padre le muestra los dos palos de los que ella pende, tómalos de esta forma, así la puedes mover a tu gusto.

– ¿Cómo yo quiera? —preguntó él.

– Sí —le dijo el padre— esa es la gracia

Y esa era.

La llevó donde se le ocurrió que se pudiera llevar a alguien. Le mostró su casa, su pieza, sus juguetes, la hizo caminar por el jardín al haber luz, la hizo volver a su repisa al haber sombra. “La oscuridad no es para ti”, le dijo al volver. Tiró de sus hilos para hacerla decir sí, para hacerla aplaudir, para que saltara. Se la presentó a sus amigos, mírenla, es mía, y hace lo que yo le digo.

“Demuéstralo”, le dijeron.

Él obedeció, aunque no tenía hilos.

Tiró de una de sus piernas, de la otra, la puso de cabeza, la rebotó contra el cemento.       

Ellos se rieron, él se río con ellos.

¿Vieron? ¿Vieron cómo lo hago?

Y le dio vueltas y más vueltas, hasta que una de sus costuras cedió ante el balanceo. De ella salió materia blanca, esponjosa. Él la miró, se le apretó la guata; ella era cáscara de plátano; él frunció el ceño; ella, bolsa de té usada; él la deja caer al suelo.

“Se te rompió”, le dijeron, “la rompiste”.

“No”, les dijo él. “Ella se dejó romper”.

Malú González

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Sobre la autora:

Autora de la novela Expropiación (Imbunche Ediciones, diciembre2018) y del cuento Lo de Jozsi, ganador del concurso de cuentos Exploraciones Quiméricas (Lectio Ediciones, agosto 2018) en Ciudad de México. Vive en Santiago.