Observó largo rato la peluca roja y pomposa que había comprado por internet. Era diferente a como la había visto en la foto, esta no era de buena calidad, tenía algunos cabellos pegoteados y al tocarlos se sentían ásperos y secos. Pero no quiso reclamar, tenía algo que le gustaba, su color rojo-anaranjado intenso y esas ondas voluminosas que le recordaban a los peinados de modelos o actrices de cine antiguas. Se dirigió al espejo y observó su cabello oscuro y escaso, decepcionado. Sintió desagrado al ver sus ojos ojerosos y saltones, no solía observarse cuando no llevaba peluca, de alguna forma se sentía desnudo e incómodo, casi translúcido.

Empezó maquillando sus ojos con una sombra azul marino y unas pestañas abundantes, que producían una mirada gatuna y despierta. Sacó del armario un vestido blanco y entallado que le llegaba hasta los tobillos y unos tacos a juego. Había practicado toda la semana para dominarlos a la perfección. Tenía un par de heridas en los talones que había cubierto con pequeñas vendas que por poco no se notaban. Se observó una vez más en el espejo, había cambiado tanto que casi no se reconocía, ese rostro femenino y delgado que le devolvía la mirada era fuerte y vigoroso. Antes de irse se colocó un labial rojo, su favorito.

Sobre la autora

Nombre: Geraldine Jennifer Lazo Rojas.

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