Éramos adolescentes y bajamos al vuelo un camino en pendiente entre bosques de pinos oscuros. Al llegar a un recodo, a un manchón de matorrales, nos sentamos asesando en una piedra plana. Me preguntó si quería ver algo. Una herida. Qué herida, le pregunté. Esta, mira, te la voy a mostrar, pero solo si quieres,…
