Tres pasos a la izquierda,
un adoquín por medio.
me marca el tic-tac también los toc-toc.
Un, dos, tres.
parezco una niña pisando con cuidado, contando siempre hasta el nueve.
Adoquín por adoquín.
Así me gusta el atardecer.
Enciende los faroles y yo me siento hace siglos en algún lugar romántico y abstracto.
Adoquín por adoquín.
Cuento del uno al nueve.
Un, dos, tres, paso a la izquierda.
Solo aquellos a los que el sol toca.
Cuatro, cinco, seis.
Las ansias de llegar a tiempo me aprietan el pecho.
La respiración se agita.
Siete, ocho y nueve.
No puedo contar hasta diez.
Comienzo de nuevo.
Uno, dos, tres.
Adoquín derecho.
Me grita.
Cuatro, cinco, seis.
Adoquín izquierdo.
Me denigra.
Siete, ocho y nueve.
Me sudan las manos, debo volver a empezar.
Uno, dos, tres.
No puedo contar hasta mil.
Cuatro, cinco, seis.
Un cigarro más.
Siete, ocho, nueve.
Me grita.
Uno, dos …
Pierdo el control.
Clemm Abader
***
Sobre la autora:
Una escritora emergente y autodidacta. Con un gran amor por la fotografía y literatura.