La novela Bitácora del desamparo, de Cristina Larraín Heiremans, nos muestra un mundo poco visibilizado y explorado, como lo es la experiencia de una cuidadora, y lo hace por medio de verso libre, en una narración que cuenta de forma cercana, emotiva y profunda, cómo su vida cambió desde que a su hijo le diagnosticaron esquizofrenia. A través del relato, que sigue un orden temporal, vemos cómo la enfermedad lo consume todo: su rutina de trabajo, de descanso, los episodios que enfrenta su hijo, la relación con su hija, con el papá de su hijo, y con ella misma como mujer.
Conocemos la problemática que vive la escritora, qué siente, qué hace, qué sucede en su vida a lo largo del periodo que abarca la narración. Pero el libro busca contar lo que pasa, no con la persona que tiene un quiebre emocional y de vida, sino con la persona que tiene que acompañar ese quiebre y no puede marcharse. Es por eso que el prólogo del libro fue escrito, a pedido de la autora, por Andrés Donoso Castillo, uno de los psiquiatras que atendió a su hijo, quien aporta otra mirada acerca de lo vivido por la autora: “Espero que este texto sea una invitación a la construcción de una sociedad diversa que sume en lugar de restar, que rescate los distintos saberes, percepciones y subjetividades y no rechace o excluya otras formas de ver este mundo”.
En este libro, la autora narra y plasma su emocionalidad más íntima, pero además plantea una crítica a la sociedad, a los doctores, a las familias, a su ex, a su hija, a su hijo y a ella misma. Logra así expresar un abanico de emociones que concluye con una muestra de realidad, una petición de empatía y compasión. La escritura de Larraín nace desde la desesperación por contar y concluye con una narrativa que se siente como una marejada, que transmite la sensación de olas que nos revuelcan a los lectores cada vez que nos relatan los hechos, que a su vez nos dejan ver su vida, sus sentimientos.
“Tu tragedia lleva / Mucho tiempo / Entonces / Ya dejó de ser una tragedia”, estas son las palabras de su pareja de ese momento, que representan un momento muy sensible para la autora y para el lector, ya que en las siguientes páginas la vemos cuestionarse a sí misma: “Será que las tragedias / Tienen fecha de vencimiento”.
Esta novela es una lectura cruda y necesaria que visibiliza las vivencias de los cuidadores, para quienes la vida cambió completamente después de una cita con el médico, lo que también podría ocurrirnos a nosotros. La forma que la autora escogió para relatar sus vivencias nos hace adentrarnos en una lectura rápida, intensa y sentimental, de la que no se sabe muy bien qué esperar al llegar a la página siguiente; no hay certeza de qué es lo que pasará, porque la incertidumbre es parte de la experiencia cotidiana de una cuidadora como Larraín.
Sin duda, Bitácora del desamparo es uno de esos libros que nace desde la necesidad más grande que tenemos como seres humanos: la de expresar lo que estamos sintiendo y plasmar el sentimiento en el papel para que otros oigan nuestro grito silencioso.

Ficha del libro:
Bitácora del desamparo. Cristina Larraín Heiremans, Cuarto Propio, 2022, 257 pp.
