[Número 20 – 2010]
como el viento
en mis ramas
la vida pasa
a través
de los hombres
y solo queda un temblor.
el hombre se distingue
por los tumbos
entre un salvaje
magma y la desmesura
celeste
viene a mi
como un loco de sed
al espejismo
soy su sombra
soy la pluma
y la piedra
la raíz
y el pájaro
la dignidad erguida
el corazón oculto
la armonía
es un trabajo
a diferencia del hombre
una corteza firme
protege a los demás
de mi locura
no puedo escapar de esta pasión
por la simetría
si no puedo ser más
que yo
puedo hacer de mí el infinito
desdoblamiento
cada camino
de dos se abre
en otros dos
todo descansa
en mi equilibrio
ya que no puedo moverme
parto
una dirección en mil
dice una leyenda
que quedé inmóvil
porque no pude decidir
un rumbo
pero si vieran desde arriba
como yo
giro
en lo que gira
mi copa son raíces
que se hunden en el cielo
como una filigrana
el espacio parte
también
de mí
atravieso el manto
de la tierra
el manto de la noche
el universo
todavía se expande
en mí
salió de una semilla
soy esa fuga
hacia todas partes
avanzo
sin cesar
pero tan lento
que me creen quietud
este temblor
no es el viento
nadie ve la turbulencia
de mi corazón
hasta mi locura es simétrica
una pasión que no entiendo
ni puedo dominar
me lleva al cielo
y la tierra tira
de mí
con igual fuerza
de los dos me alimento
mi tarea es ser
o sea estar
ahí
la levedad con que florezco
se sostiene en la ferocidad
con que araño
el fondo oscuro
me aferro
y suelto
hojas con ligereza
pájaros, bayas
música
el estallido de vástagos
en primavera
es la tenacidad
de la desnudez
entre la luz y el infierno
transformo
el barro en fuego
la chispa
en leña
la noche me alivia
de la responsabilidad
de la forma.
hacia arriba me abro
no espero
me ofrezco
pero también al intérprete
hay que entender
no hay un fin
del mundo
vuelve al origen
a través de mí
el rayo abre una frontera
entre la luz y su voz
entre su cuerpo y su grito
somos cenizas
del cielo
arriba me extiendo
me suavizo
para que el cielo
descienda
despacio
primero como pájaro
hasta que pueda soportar
la gravedad
la dimensión
el cautiverio
los pájaros van
y vienen de mí
a través de mí
el animal ve el cielo
soy la puerta
de lo que se comprende
y se soporta
en pocos días
una enredadera
sobre mí
asciende
lo que me lleva una vida
me pesa
me entorpece
pero me hace compañía
estar juntos es eso
dentro de la semilla
mucho tiempo
me pregunté
si valía la pena
esta violencia
de mundo
pero ya estaba
en su lógica
de pobredumbre
o endurecimiento
no el amor
me dio esta forma
este estremecimiento
no es la brisa
en mí
se ríe el silencio
partido en mil
opuestos
soy uno solo
solo siempre