¿Qué es lo que resta en nosotros luego de la expresión por medio de la lengua? ¿Qué sobrevive en la estética de un poema tras una escritura obediente a sus tradiciones? Miguel Hernández Zambrano (Maracaibo, Venezuela, 1983), autor que ha publicado tres libros, ha obtenido importantes reconocimientos y actualmente reside en Santiago de Chile, transita por ese espacio de abstracción que hay en la lengua. Es un poeta consciente del camino que dista entre las raíces de un sujeto y las ramas de la palabra, de aquella ausencia apreciable en la misma arboleda del lenguaje, una sensación de vacío y, a su vez, anhelo por obtener lo inalcanzable. Como escribe en su poemario más reciente: “Quise encontrar una nueva forma, pero con cada intento me ahogaba / me quemaba desde adentro”.
Restitución de la lengua es un libro sobresaliente e ingenioso, que resulta ineludiblemente cautivante y alberga imágenes que se correlacionan con la sentencia dictada por el hablante lírico. De este modo, crea una metáfora inmersiva, la cual progresa al ritmo del poema y llega a desatar una implosión contemplativa, tanto en el mensaje que pronuncia el poeta, como en el fenómeno estético ante el que pone al lector: “En el principio era el magma / y el magma era un lenguaje que no alcanzamos a imaginar / un río brillante que se extendía más allá de cuanto podía cubrir la mirada”.
Al adentrarse en los aspectos formales de la obra, se distingue un grado de ambivalencia en su estructura. Por un lado, despierta una impresión de haber sido compuesta por una multitud de poemas cortos, en los cuales el primer verso es destacado con negrita. Sin embargo, al momento de finalizar la lectura, el lector logra percibir el efecto de unidad y continuidad, como si se tratase de un poema largo. Luego está la versatilidad de sus versos, algunos dotados de una considerable extensión, mientras que en otras páginas predomina el verso corto: “Quería un torrente / desborde / no el gesto trunco / incapaz / de la duda”.
La intensidad con la que se configura la voz poética funciona como eco del sujeto, un rastro de la exaltación del yo y su recorrido epopéyico por escenarios que personifican las posibilidades del lenguaje, de una lengua que engendra vacíos, contradicciones en su propia labor comunicativa o estética; es a partir de aquellas ausencias donde el poema confronta al lector y transmite no solo suspicacia, sino inconformidad ante la propia lengua.
Se suele decir que un buen poeta logra hacer visible lo que para la gran mayoría es invisible. De cierta manera, la mejor poesía logra concientizar a sus lectores, ya sea de una idea estética o de aspectos palpitantes de la realidad. Miguel Hernández Zambrano cumple con aquella responsabilidad del poeta no solo al evocar, sino que también pronunciar un discurso a través del instrumento de las palabras, uno que deja cargado al lector con una conciencia nostálgica de su propia condición de hablante: “Un día escuché mi voz / estaba hecha de una materia distinta / ya no tenía sentido pedir la palabra”.

Ficha del libro:
Restitución de la lengua. Miguel Hernández Zambrano, Traza, 2023, 58 pp.
