[Segundo lugar concurso literario 2023, categoría poesía]
Los televisores robados después del terremoto
todavía pueden estar en el living de alguna casa
hecha de ladrillos rojos
siendo parte de alguna familia digamos los Rodríguez
por decir algo
En el patio las hojas de parra decoran las planchas de cemento
y los niños de la casa Rodríguez
saben que por la estructura de madera
que sostiene esas tremendas ramas con uva verde
casi listas para un vino blanco
los gatos corren esquivan el contacto con humanos
y son felices cazando pajaritos con la frialdad de un puma
Los niños los ven y sonríen pensando en que esa gata romana
que los visita a diario podría llamarse Beatriz
y ser parte de la casa
si es que le dejan un pote con comida para que se aguache
Pero los niños no saben
que la gata ya pertenece a la casa de al lado
ese es su hogar y solo salta la pandereta para tomar sol
encima de las tremendas ramas de la vid
“Mañana en la mañana le dejamos el pote con jurel”
“así la Beatriz nos empieza a querer
y al tiro le decimos al papá y a la mamá
que tenemos una linda gata de mascota”
En verano la luz se corta con calma
se toma su tiempo hasta desaparecer
entre esas gigantes con merengue en la punta
y de a poco
aparecen las pequeñas ampolletas en el cielo
Se refresca corre viento entre los árboles
ahí es cuando los muchachos se ponen polerón
terminan su leche con chocolate y se van a la cama
Mañana es un gran día piensan los muchachos
soñemos con felinos alegres felices con su guata al sol
Ya cuando las luminarias se posan sobre las tejas de la casa
se escucha a los gatos pelear en el techo como de costumbre
justo arriba de su pieza
Hay mucha violencia en el maullido
cuando viene del dolor o de la ira
Al fin y al cabo todos los gatos son choros
y defienden su territorio igual que una king cobra
Ya para el amanecer
no hay más ruido que el del motor de la camioneta
Las sandías no se mueven por sí solas
y los rayos ultravioleta abofetean con cizaña
después de las doce
Los niños se levantan temprano
antes que el papá se despida
Ni siquiera piensan en su leche con cereales
El desayuno se lo damos primero a la Bea dicen hacia adentro
Ya en el patio bajo la sombra tersa de la vid
la encuentran en el suelo con el cuerpo chueco
su cadera rota
y un par de rasguños cerca de los ojos
Al menos ahora ya es parte de la casa
piensan pero no lo dicen
Pronto será un roble o acaso una nueva rama del parrón
La más grande de todas la que dará más uvas y sombra
A los padres también les gotean los ojos
probablemente les pasó lo mismo cuando eran niños
pero bueno así es la vida