En dirección al silencio

El poemario minimal, que Shuntarō Tanikawa publicó tras un silencio de una década, es un intento de huir de la retórica, la que, a juicio del autor, no ha hecho más que desvirtuar la esencia de la palabra. Despojándose de todo lo que no sirve, el poeta se desempeña como cirujano reduciendo sus versos a la expresión mínima. Dándole espacio al silencio, huye de la locuacidad en busca del latido esencial del lenguaje.

Nacido en 1931, Tanikawa es uno de los poetas vivos más importantes y leídos en Japón. Es reconocido como un símbolo nacional de las letras y ha ganado casi todos los premios de su país e incluso ha sido tanteado como candidato al Premio Nobel. En los poemas de minimal, constituidos por cuatro o seis tercetos, retrata, con fragancia, escenas cotidianas: bajo la sombra de un árbol, las hojas de té que se hunden en la taza; una caminata junto a un muro rojizo hasta la ciudad; yacer sentado en el sofá en una tarde pacífica. Sus versos son diáfanos y ligeros, pero cargados de profundas reflexiones sobre la vida y sus instantes; es su sencillez la que finalmente devela su interior:

            otro día
            desvalido pero
            tengo manos

            pies también
            hombros
            e incluso cara

            pronuncio palabras
            palabras guardo
            en mi seno

            después de comer
            me río con alguien
            sobre los platos vacíos

En otro poema dice:

            cuando llegue el verano
            otra vez cantarán
            las cigarras

            los fuegos artificiales
            en mis recuerdos
            se han congelado

            países lejanos
            que apenas se atisban pero
            el universo está en la punta de la nariz

La vida y el tiempo sobre la tierra, las penas y la soledad, así como la armonía con el mundo son los temas que Tanikawa aborda en la brevedad de sus versos. Sus imágenes son transparentes, se apoyan en la interpretación del lector para completarse y adquirir sentido. Asimismo, sus poemas están limpios de cualquier artificio u ornamentación que pudiese distraer la lectura de sus verdaderas intenciones, a saber, la pureza en la espontaneidad y la introspección del espíritu. Despiertan en nosotros un sentimiento conmovedor en relación con lo cotidiano, pues retratan experiencias de la vida sencilla. Tanikawa, en este sentido, confía plenamente en que la poesía está para unir a las personas y no para reafirmar el yo.

Su rechazo de la retórica es también una denuncia contra el uso excesivo y superficial de las palabras, característico de la vida moderna. El lenguaje, parece decir Tanikawa, debe volver a su sentido original y recuperar la validez de sus significados. Para alcanzar esto, minimal funciona en un doble sentido: aliviana y enriquece los significados a través de la ambigüedad y la indeterminación, pero también vuelve a aquella área en que las palabras aún comunican algo.

Este poemario exige que su lector conecte emocionalmente con él para acceder al sentido y reconstruir sus imágenes, tan rodeadas de silencio. Una vez superadas estas barreras, el texto florece, brilla con humildad dorada. Es un libro que se queda con nosotros por su aparente sencillez y por su camino misterioso, que nos conecta con la vida y todos los seres.

Ficha del libro:
minimal. Shuntarō Tanikawa, tr. David Taranco, Visor, 2019, 87 pp.