Jugar a permanecer

Crujido, el último poemario de Felipe Moncada (Quellón, 1973), consta de seis capítulos que alternan el verso y la prosa mientras se desarrolla un cierto hilo narrativo, con personajes y eventos que se entrelazan en las secciones. Desde espacios urbanos y rurales, que dialogan y a veces se interrumpen, reflexiona en torno al hogar, el bosque y la condición humana.

Moncada, autor de otros nueve libros de poesía y tres de ensayo, también es fundador de Ediciones Inubicalistas y parte de la banda Trumao, donde ha musicalizado algunos de sus poemas. Ha recibido reconocimientos como el Premio Mejores Obras Literarias 2015 por su libro de ensayos Territorios invisibles, el Premio Municipal de Literatura de Santiago 2016 por su poemario Silvestre y el Premio Mejores Obras Literarias 2017 por su libro de poesía Migratorio.

Las primeras dos secciones de Crujido tratan fundamentalmente acerca del paso del tiempo y cómo este transforma las cosas y a las personas: “Somos una tribu de paso / destinada a desaparecer”. Se alude a una genealogía y tradición que, sin importar sus esfuerzos por dejar algo a sus descendientes, siempre será transfigurada (e incluso destruida) por los años y la naturaleza. Es por esto que se ahonda en el hogar, no solo como espacio físico, sino también emocional, donde la escritura tiene un rol clave. Aun así, nada queda frente a la naturaleza, impasible al tiempo, y solo podemos refugiarnos en el poema, donde “Jugamos a permanecer/ en la desconocida rapidez”.

En los siguientes cuatro capítulos el resentimiento y la destrucción son imágenes recurrentes, ya que se presenta la respuesta de las personas frente a la indiferencia de la naturaleza: pretenden adueñarse de ella tanto como sea posible y apelan al progreso para convertirla en un producto de consumo, pero esto también afecta a su propia comunidad: “ahora nos están pidiendo el sitio porque quieren venderlo / […] dicen que nos va a llegar una notificación para irnos / ¿pero cómo nos van a echar en invierno?”.

A medida que avanza el libro, la denuncia y la “corrupción” de la naturaleza se convierten en el tema principal de los poemas, por lo que, a ratos, Crujido se torna monotemático y repetitivo. No hay sutilidad alguna en el mensaje que se quiere entregar, como ocurre en el poema “Mientras”, del último capítulo, “Máquinas”: “Y mientras el diputado recibe el cheque de la forestal y el Fisco rebaja el avalúo de la propiedad, la cría del huemul chilla atravesada por una rama”. Aquí no queda nada por interpretar.

Si bien Crujido insiste en reflexionar sobre el progreso del ser humano a costa de la naturaleza y su comunidad, sus planteamientos más valiosos giran en torno al olvido, la resistencia intrínseca de las personas frente a desaparecer en el tiempo y la angustia que eso nos provoca; a diferencia de la naturaleza, que, a pesar de todo, se sostiene y permanece: “pues todo lo atraviesa la ventolera / todo se lo lleva / los pasos, los rostros, los caminos”.

Ficha del libro:
Crujido. Felipe Moncada Mijic, Deriva, 2023, 132 pp.